Hay una misión. Eso no tiene duda. Evangelizar. Traer a Jesús al mundo. Llevarlo a las personas que necesitan una Palabra de amor, de fe, de salvación, de curación. Hay una misión y hemos sido convocados. Porque el mundo sigue teniendo sed de algo más. Porque el mundo necesita a Dios.

Es fácil darse cuenta de que toda misión está llena de complicaciones. Las dificultades acechan. Y también los riesgos. Es bueno conocerlos, analizarlos, destaparlos. #iMision también conlleva asumir todo ésto. Va a requerir esfuerzos personales, va a requerir tiempos, va a requerir abrir las puertas más allá de nuestras fronteras personales, va a requerir mucho amor cuando lleguen críticas y ataques de otros sectores… No va a ser fácil.

Si uno se para a pensar todo ésto, llega una pregunta a la mente, inherente a todo misión: ¿Y si fracasamos? ¿Y si no conseguimos el fruto esperado? ¿Y si es un nuevo «plof» como tantas iniciativas que empezaron con energía e ilusión? Es algo que entra dentro de las posibilidades…

Ahora bien, hay que dar un paso adelante. Si nos quedamos enredados en las dificultades, los miedos, la posibilidad de fracaso, los riesgos y en todo lo que puede salir mal… la misión ya ha fracasdo de inicio. Entonces ¿quién evangelizará? Entonces ¿quién construirá Reino? Entonces ¿quién pondrá en juego los dones que yo únicamente puedo ofrecer? Entoces ¿qué pasa con Aquel que nos ha convocado? ¿Le decimos que no, que se ha equivocado de personas, que no merecemos su confianza, que no sabemos, que no podemos?

Es desde nuestra pequeñez, y sin muchas respuestas, desde donde podemos responder. #iMisión se va construyendo día a día, entre todos. No hay demasiado planificado ni sabemos cómo daremos respuesta a mucho de lo que vaya surgiendo. Sólo sabemos que queremos hacerlo. No queremos ser los mejores, ni tener éxito, ni pasar a la posteridad. Queremos cumplir la misión a la que fuimos convocados, queremos evangelizar y que nuestro testimonio dé fruto. Y necesitamos que cada uno ponga lo mejor que tiene. Necesitamos crear una gran comunidad de personas y carismas distintos que han sido llamadas a lo mismo.

Esta semana, estáis llamados a compartir aquello que vale la pena, lugares y rincones de la red que evangelizan, que hablan de Dios, que dan lo que tienen. Comenta y aporta. Ésto no ha hecho más que comenzar.

Escena del Concilio de Elron